miércoles, 8 de junio de 2011

Nota Interpretativa

        Más que un impacto operacional y financiero, un efecto político
Sanciones de E.E.U.U a PDVSA originan reacciones controversiales
El primer mandatario venezolano, Hugo Chávez, tildó de agresivas las penalidades del Departamento de Estado norteamericano a la empresa petrolera, mientras los expertos las han calificado de inofensivas

Siete entidades extranjeras, entre ellas Petróleos de Venezuela (PDVSA), fueron sancionadas por la Secretaría de Estado Norteamericano bajo la ley de sanciones a Irán de 1996. El motivo de la medida radica en que estas empresas han suministrado  productos refinados a Irán, país que busca debilitar el presunto programa de armas nucleares de Teherán.

Si bien la penalidad implica que PDVSA no podrá acceder a contratos con Estados Unidos para importaciones y exportaciones, la misma no afecta las enormes ventas de petróleo de la empresa al gobierno estadounidense ni genera impacto alguno sobre las actividades de sus compañías subsidiarias.

El presidente venezolano Hugo Chávez ha reaccionado a la medida calificándola como un “acto hostil” contra la soberanía del pueblo venezolano. Asimismo, aseguró ya estar iniciando los estudios jurídicos, operativos y financieros correspondientes para proceder a tomar medidas de precaución ante la “agresión”.

Por su parte, Ramón José Medina, vocero de la alianza opositora Mesa de la Unidad, tildó a las medidas de “inocuas”, ya que se podrá seguir exportando y Venezuela no contaba anteriormente con financiamiento a transferencias tecnológicas. Explicó que la decisión de Estados Unidos es inofensiva y que solo tendría un impacto moral a una política que corresponde al gobierno venezolano.

Por otro lado, Gustavo Coronel, Geólogo Petrolero de la Universidad de Tulsa, ha definido tres potenciales impactos de la sanción. El primero se refiere al impacto operativo, el segundo al financiero y el último al impacto político-psicológico que la penalidad pudiera tener sobre el régimen venezolano.

El impacto de las sanciones sobre las operaciones de PDVSA pareciera ser insignificante. Venezuela envía a Estados Unidos aproximadamente un 45% de sus exportaciones del crudo y Estados Unidos le compra un 10% de sus importaciones totales. Las sanciones se refieren a financiamientos que esta cantidad de producción no requiere. Más aún, las actividades de la Faja del Orinoco no entran en la medida  dado que son conducidas por empresas filiales a PDVSA.
A su vez, el impacto financiero se refiere a que las sanciones podrían generar bajas importantes en la cotización de los bonos emitidos o por emitir por parte de PDVSA. En el peor de los casos, la empresa se vería forzada a incrementar sus intereses para lograr colocar futuros bonos, lo que ocasionaría un impacto real sobre sus finanzas. En lo que corresponde a financiamientos bancarios, estos ya eran limitados desde antes y por eso es que se ha recurrido a China como reemplazo de la banca internacional.

Gustavo Coronel considera que el mayor impacto que tendrá, será el político/psicológico. Las reacciones del régimen apuntan a que “la dignidad de Venezuela ha sido ofendida”. Así lo han señalado el Primer Mandatario, el canciller de la República Nicolás Maduro y Aristóbulo Istúriz en Asamblea Nacional. La primera reacción oficial se vio en el comunicado de la cancillería, que impulsaba a hombres y mujeres a movilizarse en defensa de la soberanía venezolana y de la industria petrolera.

Según el Dr. Adolfo Salgueiro, abogado experto en Derecho Internacional, las sanciones a PDVSA se delimitan dentro de la ley norteamericana y se ejecutan en un clima político favorable para Barak Obama. De la misma forma, declaró que son “útiles” para el gobierno del presidente Chávez quien podría utilizar la medida para generar un sentimiento de nacionalismo y favorecer así, su campaña electoral.

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